Para el Nano:
Voy a verte otra vez, mi duende.
Las candilejas bailarán
en tu cara bendita.
Los ruidos se apagarán
ante la magia de tu voz.
Los relojes se detendrán
al son de tus melodías.
Y entonces, mago,
una noche de enero,
quedaré suspendida de tu varita
y me fundiré con el Universo.
Voy a verte otra vez, mi duende.
Las candilejas bailarán
en tu cara bendita.
Los ruidos se apagarán
ante la magia de tu voz.
Los relojes se detendrán
al son de tus melodías.
Y entonces, mago,
una noche de enero,
quedaré suspendida de tu varita
y me fundiré con el Universo.
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