Luna demente
clavando el diente
a tantos soles
que son amores;
charco de viento
que horada el silencio
de a poco, de a poco,
pero llegando al fondo.
Martes de olvido,
beso y silbido,
llanto quebranto,
te quiero tanto...
Lluvia pasada,
no dejó nada,
estrella que asoma
tras de la loma.
Cauce del río,
último frío,
cara sumisa
con su sonrisa.
Noche de bruma,
si resta, suma,
como ninguna,
la nueva luna.
martes, septiembre 11, 2007
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