sábado, diciembre 13, 2008

Pensé en poner muchas, muchas cosas, en esta entrada.
Primero, quise poner un video de Gueta na Fonte (Búsqueda en la Fuente), un grupo asturiano, como mis abuelos paternos, que descubrí ayer, y que hace una música exquisita.
Después, en el Youtube, buscando este grupo, me encontré con una cantante de folk sensacional, y pensé poner un video de ella. Todo esto transcurrió esta madrugada. Me fui a dormir.
Ahora, ya cerca de la noche, me encuentro con que alguien respondió a un poema que puse en Punto y Al Arte, un sitio maravilloso que descubrí también anoche.
Así que, finalmente, este post tan bailado será para mi poema, y para el poema que recibí como respuesta; este último, en asturiano.
Acá van:

  1. casandra

    Puesta a disfrutar arte del bueno
    (que Gueta na Fonte, que poesía de colores),
    erizada, más allá de mis ancestros,
    que viajaron un día, siendo niños,
    a hacerse la América,
    o, más concretamente,la Argentina,
    tirito en el umbral de algún Nirvana
    que no entrevió mi padre,
    y que olvidó mi abuelo.
    Recuerdos infantiles de relatos
    con hórreos y con botas y con sidras.
    Un abuelo apodado Fierro a Fondo
    del que papá heredara
    el amor por los motores.
    Una Asturias lejana,
    ayer y siempre,
    una Asturias que papá
    estuvo a punto de trasmutar
    de mito en hecho
    justo cuando la muerte
    clausuró su escapada
    de por vida.
    Tres años atrás viajé a España.
    Mi primera aventura
    de cruzar el Atlántico.
    Y estuve en Madrid y Cataluña…
    A los catalanes me unen
    lazos de sangre cósmicos
    que empiezan en mi oído
    y terminan en Venus,
    aunque esa es otra historia.
    Para visitar Sama de Langreo,
    el pueblo de Marina,
    la abuela que no conocí,
    tendría que haber cruzado toda España.
    Tenía doce días.
    Y me volví a Argentina.
    Pero será la próxima, tierra soñada.
    Prometemos
    hasta aprender algo de bable,
    mi sed y yo.


ESTA CASA

Esta casa tamién ye la mio casa,
la memoria confiada de les coses que quixi
y rápidu escaecí.
Pocos son los atabales que conmigu viaxen:
llugares tan breves como plumes
y esos otros onde dexé los vezos
prendidos por siempre d’algún llabiu.
Todu eso, palacios d’agua del xardín del deseyu,
todu eso y tú, ye la mio casa.

BERTA PIÑÁN

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