jueves, julio 24, 2008

Tendrá la aurora un olor a tierra mojada. Los pájaros sabrán del amanecer y lo saludarán trinando.
Las nieves de otras latitudes no ensombrecerán un ápice al rotundo sol.
Las playas serán nidos de paz.
Cada montaña habrá aprendido a ser parte de una sinfonía.
Los oráculos señalarán el infinito.
Y los ángeles tendrán cara. Y el planeta ya no tendrá cruz.

martes, julio 15, 2008

Hechas todas las tareas que el caso requiere, acomodada cada cosa en su sitio, es decir, en el sitio donde yo puedo encontrarla, que parece a simple vista un sitio cualquiera; cursadas ya todas las invitaciones para el gran evento cósmico que significa celebrarme a mí misma; celebrarme por Ser, que no es poco: desechados de un plumazo todos los rencores y los deseos de venganza acumulados hasta el día de la fecha: abiertas ya todas las ventanas del alma, y cerradas con doble llave las puertas que dan al recinto de oro donde ha de producirse el acontecimiento; apagado el celular, así como la compactera; habiéndome cerciorado de que las chicas están mirando una película y que, por ende, no interrumpirán, me dispongo a abrir de par en par mis oídos y mi corazón, para mi cita con el Nano en Radio Gaudí, ahorita mismo, nomás.

jueves, julio 03, 2008

Y cundirá la luz por el planeta.
Y todo lo que fue sombras
será olvido.
Habrá un lugar de Luz
en cada alma,
y un corazón sin cruz
en cada pecho.
Habrá una Humanidad
que se respete,
y por primera vez
en veinte siglos,
rimará con Dignidad,
aun sin forzarlo.
Y el temido final
será el Principio.