sábado, noviembre 21, 2009

Espejo harás de las horas malvividas.
Lunas tendrás en cada puerto ausente.
Martes será el día de los trueques.
Regalarás la flor de los enredos.
Vas a blandir la espada de tu verbo.
Vas a correr la suerte del camino.
Peregrinando siempre hacia adelante,
vas a encontrar destinos repentinos.
Susurrarás el nombre de tu amor.
La voz alzando, lo dirás más fuerte.
Vas a gritar el nombre, y tal vez no
escuches más respuesta que el silencio.
Cuando todo sea nada, nunca, nadie,
cuando no haya una puerta que esté abierta,
retomarás la senda, y, sin tu nombre,
partirás a la vida, que te espera.

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