martes, agosto 24, 2010

En un día tan oscuro
busco un poco de tu luz,
mientras siguen los batracios
buscando entrar a palacio.
¿No lo ven? Es natural,:
los batracios, excluidos.
Y con sus saltos de rana
y su croar insolente
le molestan los oídos
a lo que queda de gente.
Además, no vive nadie
que reine en ningún lugar,
en este palacio viejo
donde procuran entrar.
Los sapos se han ido todos.
Reyes y reinas, también.
La nostalgia ocupa todos
los salones de este harén.
Basta, no insista, ranita
que perdió su condición;
la monarquía está muerta,
no hay príncipes de salón.
Vuélvase, vuelva a la charca,
donde brinca y croa bien.
El Edén para los sapos,
el palacio ya no es.

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