viernes, abril 06, 2007

Una niebla traviesa
te sustrae del tiempo,
y en el campo mojado
por donde van tus pasos
enredando las nubes
una estrella de nieve
hace estragos solemnes
en el cielo de invierno,
que yo ahora no veo.
Mientras cae la noche
torpe, sobre los álamos,
destejiendo la trenza
de la tarde ya muerta.
Un colibrí extraviado
se suspende en el aire,
a la hora en que el nido
no debe estar vacío.
Y un canto de añoranza
atraviesa el espacio,
para dar en el blanco
del corazón esclavo.

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