jueves, febrero 21, 2008

Andando por la rua más desierta, después de espantar pájaros y nubes, después de convidar a las estrellas, después de haber llorado un manifiesto de vítores y aplausos, de conquistas hechas a la medida de aquel héroe, después de haber pasado por los puentes que van de vos a vos, y no se quedan, después de sucumbir al desacato de mi siempre mentida letanía, después de recordar que hasta mi tía se encontraba entre los tipos del contrato, llego hasta vos, como recién llegada, subo hasta vos en un puente invisible, me caso con tu fiebre itinerante, con tu afán de nunca más casarte, porque ya estás casado con la vida; y aunque no te lo diga, en verdad pienso que ese "tal para cual" del viejo dicho está hecho a la medida de este puente, está urdido en la luz de este capricho.

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