viernes, mayo 09, 2008

Escucho a Ismael: !Amores imposibles que escriben en canciones el trazo de una estrella"; "Nunca dejes de buscarme; la excusa más cobarde es culpar al destino".
Floto en una nube de sueños desatados a los mil vientos...Soplo cenizas de volcanes que han enmudecido hace ya mucho tiempo. Juego con los brotes del sauce más cercano, mientras el árbol llora caricias ausentes. Canto con Serrano a las botellas que brillan en el mar del olvido.
Siento bullir la sangre como otro poeta bendito, y no es ahora que tengo veinte años sino casi treinta más.
Vago en el mar de recuerdos felices, matizado por ocasos y catástrofes, tan necesarios para valorar los otros.
Ismael tartamudea desde el CD sucio: "cam, cam, cam, cam, cam, cam, cam". La semana que viene voy a verlo a Buenos Aires, y espero que las cenizas de ese otro volcán que sí está vivo, para entonces hayan dejado de caer sobre la ciudad.

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