viernes, octubre 23, 2009

Hoy quiero ventilarles las verdades, que crujen como pan recién horneado. ¿Que de quién? No, pará...Solo las mías...Las verdades de otros deben ser sostenidas por otras lenguas, por otras manos, por otras tintas.
Lo cierto es que después de haber andado largo, me encuentro con violento desencuentro entre todos los libros de Esculapio y mi locura, que no se cura nada.
Parece ser que el ciego guía al tuerto, y el sordomudo revela sus videncias.
Parece ser que mueren mariposas casi tan a menudo como cada veinticuatro horas. Después del nacimiento, se entiende.
Parece ser que a veces Ángel y Ángela copulan, con palabras, claro, como tan sabiamente dijo Mario Benedetti, y entonces acontece una tormenta; y por citar a Mario nuevamente, "en el momento del orgasmo ultraterreno, llueve copiosamente sobre el mundo". Y parece que hoy les tocó. Nosotros nos enteramos por la feroz tormenta que parecía estar a punto de arrasarlo todo, aunque finalmente apenas arrasó los corazones de los románticos que decidieron salir a caminar bajo la lluvia.

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