martes, marzo 20, 2007

Mareas de besos perdidos
nadan en mi boca, seca,
mientras tu estela se aleja
por universos distintos.
Tu voz, la más extrañada,
tu cara, la más querida,
el repaso de mi vida
y este gusto casi a nada...
Los recovecos del tiempo
mintiéndome vidas nuevas;
tu caricia ya remota
en un barco que zarpó.
No sé quién es, si soy yo,
no sé si vos te alejaste,
no sé en qué oscuros trances
se perdió el contacto ayer.
Solo sé que fui mujer
en los brazos del delirio,
y que en mi boca, mil vidrios
juegan al asesinato,
mientras me escondo y me escapo
de tu indiferencia nueva,
en la cueva de tus ojos
que me miran sin estrellas.

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