lunes, mayo 07, 2007

En medio de este frío,
dando tumbos
entre mi sed de vos
y tu rechazo
añoro aquellos años,
cuando todo
parecías hacerlo
para mí.
Ya sé, ya sé:
cambió la taba.
Ver de cerca a la muerte
modifica
del sentir al pensar,
sin duda alguna.
Y te quedaste con lo conocido;
no quisiste adentrarte
en la aventura.
Te cansaste de dar,
sin resultados
claros, aparentes,
o cantados.
Está bien:
lo comprendo.
Es lo esperado.
Las madres,
que elogian
mi amor platónico
no han querido
que el amor se concretara,
y te aplauden ahora,
en tu repliegue.
Está bien;
ya pasó.
Me duele el alma,
pero rescato al menos
del desastre
que era otra la que fui
cuando supiste
de mi vida, mi fe, mis ideales:
una mujer rota,
que en la alquimia
de tu voz de mago
pudo reconstruirse
palmo a palmo.
Para vos.
¿A quién doy ahora
la rosa,
si la espina es lo único
que cargo?

1 comentario:

El Holandés Herrante dijo...

Muy bueno el blog, un gustazo leerte, como siempre, como antes...
Holandes