miércoles, diciembre 12, 2007

Luces errantes
encandilan la pupila
del mañana.
Vientos en proa
amenazan la marcha
sin escalas.
El sentido del sueño
destapa madrugadas
encendidas.
Y vos,
siempre mintiendo,
siempre engendrando sombras,
ilusiones,
que se deshacen,
mustias,
a la vuelta de algún
razonamiento.
Y vos,
ilusionista,
pergeñando futuros
para otras,
fabricando quimeras
que me excluyen,
navegando por mares
escondidos
a mi mirada miope
y distraída.
Y vos,
que no venís,
nunca llamás,
jamás una notita,
un santo y seña
que identifique tu paso
con el mío.
Y vos,
que me mentís violentamente,
desde hace tantas lunas,
tanto sueño,
tanto insomnio feroz,
tanta esperanza,
que se me están cayendo
los cabellos,
que se me está muriendo
hasta la calma,
que se me va cansando
hasta la espera.
Y vos,
que ya te vas.
Y nada queda.

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