jueves, julio 08, 2010

a dúo con Joaquín

Con la mano aferrando la birome,
y Joaquín de amarguras virginales,
no se planta ni un verso en los canales
que fluyen, habituales, a mi oído.
Perdido por perdido me parece
que Maderas Noruegas excluidas,
la partida perdida va ganando
incontenibles ganas de abrazarte.
Objetan que el Atlántico es profundo,
ancho, enorme, oscuro y prolongado.
Vago por los rincones de la costa
apostando a colarme en un navío.
No hace frío en este invierno raro,
que envidia sin encono a tu verano,
mientras allá lejos, en el Mediterráneo,
tus ojos danzan con la marejada.
Quisiera ser el hada de tu sueño.
El dueño del guión me lo ha impedido.
Filmemos una peli subversiva
en que los dueños sangren por la herida.
Te juego lo que quieras a que cruzo
en océano con un parde aletazos,
y zambullo mis fríos en tu abrazo
y los rumores se mueren de susto.
Cuánto vas a que la pólvora quemada
que el hombre bala abandonó en la puerta
sirve para encender una fogata
que transforma el chimento en letra muerta.
Y ya que se me va acabando el tema
(Joaquín hace silencio en un segundo)
te regalo la sangre de mis venas,
que es tu vino volcándose en mi mundo.

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