martes, julio 06, 2010

Es mentira que cuenten las razones para entregar sonrisas; señor, señora, las sonrisas sa venden: ¿me compra? Bien, empiece a pagarme entonces. Ese es el trato.
Es mentira que nos haya agarrado súbitamente una fiebre de amor. Vendemos amor al mejor postor.
Mienten los que dicen que tienen programas solidarios; recuerde cuánto le costó pagar esa sonrisa hace un rato.
O tal vez sea mentira que todo esto es mentira. Entonces podremos empezar a conversar...

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