martes, diciembre 19, 2006

En este día nublado
en que las sombras
parecen estirarse
bajo tus pasos,
en este cielo ausente
que clama sin piedad
por otro cielo,
en esta mañana gris,
entre nostalgias del otoño
y un verano
que se resiste a venir,
te invoco sin palabras,
arlequín que teñiría
de rojos y verdes
mi horizonte monócromo,
y te oigo partir,
pasos de nieve
en un suelo
que se niega
a encontrar su estación.
T e espío desde mi nada
de sueño ni expectativas,
y te veo crecer,
a la sombra del sol
que el día nos niega,
oculto en un paisaje
que sólo otros ojos
logran ver.

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