jueves, diciembre 28, 2006

Más cerca que la boca,
que las manos,
más a mano
que algún verso profundo,
se encuentra
mi contacto con el mundo,
siempre nuevo y voraz,
siempre a trasmano.
El reclamo que hoy hago
no es reclamo:
es, se diría,
un ruego vagabundo:
que te trepes a la vida
este segundo
y que te unas
a este lugar de hermanos.

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